Si quieres hacer crecer tu capital es probable que te hayas preguntado cuál es la mejor forma de hacerlo. ¿Es preferible transformarse en accionista o propietario?
Aquí aclaramos todas tus dudas.
Definir en qué invertir no es una decisión fácil. Antes debes tener claras tus expectativas, los riesgos y, obviamente, tu presupuesto. Es decir, todo dependerá de factores como tu personalidad, metas financieras, cuenta de ahorros y también del contexto económico. Para decidir qué tipo de inversión se ajusta mejor a tus necesidades, aquí analizamos los pros y contras de cada alternativa:
Bienes Raíces
Eres el propietario
Al comprar una propiedad te conviertes en su único dueño, por lo que tienes la posibilidad de tomar decisiones con toda libertad. ¿Quieres remodelarla? Puedes hacerlo. ¿Prefieres arrendarla? También puedes hacerlo.
Tendrás una serie de variables bajo tu control que incluso ayudan a incrementar el retorno de la inversión. Al contrario de lo que pasa con las acciones, donde tienes que confiar en la administración de la empresa si no eres socio mayoritario.
Puedes conseguir financiamiento
El llamado apalancamiento es mucho más fácil de conseguir. Para comprar una casa o departamento, hay múltiples alternativas de créditos hipotecarios -desde entidades bancarias hasta cajas de compensación- en los que puedes conseguir el capital para financiar la compra.
Con este tipo de préstamo puedes pagar el inmueble en un plazo extenso. Incluso hay casos de personas que financian el pie con créditos de consumo o bien invierten el dinero en proyectos en verde o blanco para tener más tiempo para pagar.
Tienes un activo tangible
Si compras una propiedad, tendrás algo material en lo que se vea reflejada tu inversión. Contarás con una dirección y un lugar con dimensiones determinadas, es decir tu dinero se materializará. Esto genera un sentimiento de posesión y pertenencia.
En cambio, las acciones son “abstractas”, ya que representan un porcentaje del capital abierto en bolsa de una empresa.
Asimismo, un bien raíz goza de plusvalía constante, en otras palabras aumenta su valor a medida que pasa el tiempo.
No necesitas grandes conocimientos para invertir
Comprar un bien raíz es relativamente simple. Para determinar el retorno de la inversión puedes estimar los costos recurrentes que generará la propiedad, y calcular los ingresos derivados de la renta. Asimismo, antes de comprar puedes informarte fácilmente sobre las comunas donde es más rentable hacer tu inversión.
En cambio, antes de invertir en acciones en necesario que al menos entiendas los estados financieros de las empresas, comprender cómo generan utilidades, sus modelos de negocio, los mercados en los que participan, competencia, etc. Y si quieres monitorearlas directamente debes manejar la cuenta que el ejecutivo de inversiones te hará en la corredora de bolsa.
Para mayor información, puedes seguir los consejos de nuestro blog “6 consejos claves para invertir con éxito en el sector inmobiliario
Experimenta menos volatilidad
El valor de las propiedades es determinado por la oferta y la demanda. Si bien puede variar, no suele experimentar grandes bajas en cortos períodos (a no ser que ocurra un fenómeno que afecte a la industria). En cambio, las acciones deben ser monitoreadas periódicamente y sufren ciclos de alzas y bajas agudas.
Acciones
Tienen mayor liquidez
Liquidez es la facilidad en que las acciones pueden convertirse en dinero. Es más inmediato vender una acción que vender una casa. La venta de un inmueble puede demorar meses, incluso años. Si tienes un problema económico y necesitas efectivo rápidamente, la alternativa más frecuente es vender el inmueble a menor precio, con lo que se pierden varios millones del valor real.
Requiere de menor mantención
Al invertir en acciones, puedes dejarlo en manos de un corredor de bolsa y luego cobrar los dividendos. En cambio, los bienes raíces requieren de mayor mantención. Tendrás que hacerte cargo de diversas tareas como el pago de gastos comunes o servicios básicos, cobro del arriendo, etc.
En cualquier momento pueden ocurrir imprevistos y debes mantener tu propiedad en buenas condiciones, porque es una manera de cuidar tu dinero.
Dar ganancia inesperadas
Aunque no se puede garantizar la obtención de una determinada rentabilidad, el valor de las acciones pueden dispararse y dar sorpresivos dividendos.
Para esto, considera que deberás pagar los gastos a quien realiza la operación. Los corredores de bolsa cobran un porcentaje por operar en el mercado accionario.
Conclusión
No hay una opción que sea mejor que la otra. Todo dependerá del riesgo que quieras asumir, en cuánto tiempo quieres recibir el retorno de tu inversión, el capital inicial, etc. Lo importante es que escojas una alternativa que se adapte a tus expectativas y capacidades financieras.
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