El primer paso en un proceso de inversión inmobiliaria es que, una vez se han evaluado las oportunidades, con ayuda o no de un experto en inversiones inmobiliarias, se proceda a hacer efectiva la compra. En muchas ocasiones esto se realiza apoyándose en un financiamiento, lo más común es firmar un crédito hipotecario para ello. Puede suponer financiar una gran parte del costo de la propiedad, y se puede hacer sobre un proyecto en verde, en blanco, etc. según la fase de construcción.
Esta segunda sigla no siempre está incluida en las inversiones en propiedades, pero es muy buena opción, sobre todo si se dispone de un presupuesto inicial para realizar desembolso económico que permita la rehabilitación de una propiedad en mal estado. Es un método rentable de invertir en propiedades, porque se obtienen los beneficios propios de toda inversión inmobiliaria, más los añadidos de la revalorización que supone rehabilitar la vivienda. La diferencia entre el valor pagado por su compra y el valor posterior a restaurarla afecta al precio del arriendo y por tanto de los beneficios para el inversionista.
El objetivo del inversionista inmobiliario es poder rentabilizar lo antes posible obteniendo dividendos, y para ello el arriendo es fundamental, sobre todo si se realiza la compra a partir de un crédito hipotecario, que supone el pago mensual de cuotas. La razón principal por la que la inversión en bienes raíces genera riqueza es que puedes hacer que otra persona, el arrendador de tu propiedad, pague tu deuda al banco por ti. ¡No arruines esta parte! Busca propiedades en áreas donde las personas quieran vivir, y asegúrate de que tus propiedades estén lo suficientemente bien como para que un arrendador de alta calidad esté contento de quedarse por mucho tiempo.
Este es un punto muy interesante que a menudo nos encontramos que los clientes desconocen. Consiste en crear una nueva hipoteca que sustituya la anterior. En el caso de los inversionistas que aplican al completo el método BRRRR, el refinanciamiento permite que consigan una financiación nueva, según el valor de tasación posterior a la rehabilitación. Esto permite una buena rentabilidad, que se puede hacer de forma repetida en el tiempo, con más renovaciones a futuro. Actualmente es un excelente momento para refinanciar una propiedad, ya que las tasas están históricamente bajas. Para ello es clave contar con buena experiencia, contactos y capacidad de negociación, para conseguir las mejores tasas y condiciones.
Para terminar, el inversionista no se conforma con el éxito de su primera inversión inmobiliaria, y menos cuando realiza una pequeña inversión en un departamento, con la idea de obtener un dividendo bajo pero poder analizar resultados para después repetir y diversificar sus ganancias.