Es tiempo de crisis, y siempre que la Humanidad ha atravesado momentos difíciles, se ha puesto a prueba su creatividad, su capacidad de superación y adaptación al nuevo entorno. ¿Qué reflexiones son pertinentes en este contexto que atravesamos? El COVID-19 no ha hecho sino acelerar una serie de cambios sociales que ya venían sucediendo, que tienen un impacto en la economía en general, y en el sector inmobiliario en particular. Veamos el impacto que tiene, según una serie de conceptos financieros decisivos a tener en cuenta.
A lo largo de la Historia siempre ha ocurrido que las crisis, las pandemias y este tipo de situaciones extremas han impulsado la innovación, con giros importantes de la política, la economía y la sociedad. Ocurrió así, por ejemplo, con la peste en la Edad Media, que dejó atrás el sistema feudal.
Más recientemente, en 2008, la crisis motivó el impulso de empresas como Uber y AirBnB, e incluso el virus SARS hizo que Alibaba se volviera una empresa internacional de gran reconocimiento.
¿Qué podemos esperar del mercado inmobiliario?
Ante épocas de crisis, cuando el sistema económico tambalea, aparece con más fuerza que nunca la necesidad de volver a lo básico, a lo más elemental. En esos momentos en que hay desconfianza en el mercado, en el valor de las cifras, de los datos, de los cálculos... lo que conviene es llevar el capital a instrumentos de inversión que tengan valor intrínseco.
Hay que considerar que el suelo es limitado, es un bien escaso y esto lo hace valioso de forma constante en el tiempo, más allá de las fluctuaciones del mercado. Tener el dinero, la riqueza de uno, en el papel, es mucho más incierto y arriesgado en esos momentos críticos que destinar el capital a bienes con valor real y tangible, como el metal (el oro, la plata...) y los bienes raíces.
La compra-venta de bienes raíces se hace a través de la UF (unidad de fomento), la cual sube todos los días, está indexada a la inflación y su valor no se deprecia. Además, incluso si se hundiera el valor de la moneda, un lingote de oro o una casa seguirían siendo bienes indiscutibles, con valor real.
Por otro lado, se dice que una inversión inmobiliaria es un seguro de vida, debido a que al utilizar un crédito hipotecario para invertir, éste otorga un seguro de desgravamen, el cual consiste en la protección del activo. Bajo el Código POL 2 2013 0678, garantiza al banco el pago y protege a la familia de tener que asumir la deuda pendiente, pues se cubre el saldo insoluto de la deuda si el titular muere o tiene invalidez.
Variables clave a considerar en tiempos de crisis
Hay que saber diferenciar cuando se habla de compra o venta en el mercado inmobiliario, ya que las variaciones de la oferta y demanda se ven afectadas por diferentes motivos en un caso y en otro.
En la oferta y demanda de viviendas en el mercado de compra se ha presentado un importante retroceso, esto se debe a que una persona que quiere una vivienda para vivir, lo más probable es que no tome la decisión en un momento de crisis.
Por el lado de la oferta y demanda respecto al inversionista inmobiliario tiene una gran alza, debido a que las mismas personas que no optaron por la compra de una vivienda para vivir, tendrán que optar a un arriendo provisorio hasta que puedan considerar la decisión de compra nuevamente.
El precio del mercado inmobiliario va a depender absolutamente de la oferta y la demanda, y si la demanda aumenta, el precio automáticamente aumentará, debido a la fijación de precios en el mercado.
La volatilidad producida por las crisis, es más bien una oportunidad de mejorar las carteras a largo plazo y así generar mayor rentabilidad.
Hoy el mercado inmobiliario puede ser multiplicado exponencialmente a través de plataformas digitales, usando de forma creativa esta oportunidad a través de la tecnología y diseño, para poder responder a la demanda de la mejor forma posible.
Respecto al precio también hay diferentes factores a considerar, como por ejemplo las facilidades de pago que están ofreciendo los bancos. Andrónico Luksic, director y vicepresidente del Banco de Chile, anunció el pasado 18 de Marzo que el Banco ofrecerá facilidades de pago, atrasando las cuotas de créditos de consumo e hipotecarios, debido a la crisis vivida a finales del 2019 y a la rápida propagación del Covid-19.
El Gobierno promulgó un subsidio de arriendo, el cual consiste de un aporte mensual de 4,2 UF por un máximo de 170 UF. Este beneficio lo pueden tomar todas las familias que actualmente sean arrendatarias o que viven de allegadas, siempre y cuando estén en condiciones de pagar un arriendo por un monto máximo de 11 UF. La postulación de este beneficio es a través de el sitio web de MINVU hasta el 19 de octubre de 2020. Sus consecuencias afectan de forma indirecta a los inversionistas, que pueden ampliar su demanda de arrendatarios.
En la actualidad la Bolsa está sufriendo importantes caídas, lo cual repercute produciendo un ascenso en las inversiones inmobiliarias. Los asesores de inversiones recomendamos a las personas que es preferible tener el dinero en otro instrumento de inversiones que no sea la Bolsa, como es el caso de los bienes raíces. Si bien no todo ese dinero caerá en el mercado inmobiliario hay una parte que sí lo hará, lo cual hará que el mercado inmobiliario se vea fortalecido.
Todos estos motivos nombrados anteriormente hacen cuestionar, incentivar y facilitar la inversión en el mercado inmobiliario, siempre considerando que la vivienda es un bien de uso básico para cualquier ser humano, lo cual hay que tenerlo presente a la hora de trabajar en este mercado, combinando los beneficios con las garantías de esos bienes básicos para las personas, haciendo siempre tratos justos.
La digitalización de las inversiones inmobiliarias
Sin duda alguna, como se ha podido ir viendo en las últimas semanas, el COVID-19 ha impulsado de forma nunca antes vista el crecimiento del teletrabajo y la digitalización de una gran cantidad de empresas.
Dada la cuarentena decretada en todo el Planeta, en una situación sin precedentes a escala mundial, se ha vuelto imprescindible apoyarse en la tecnología para que las empresas sigan funcionando. Esto también ha sucedido en el sector inmobiliario, hoy más digitalizado que nunca, y se espera que este giro haya venido para quedarse.
Los próximos meses y años veremos cómo el sector de la inversión en bienes raíces se nutre cada vez más de las ventajas del trabajo remoto, y de otras grandes ventajas de la tecnología, como el big data, el machine learning y en general la inteligencia artificial.
Además, se espera un aumento de las asesorías online y cursos online, como los que ofrecemos desde hace ya tiempo en Propital, pues siempre hemos creído en este cambio tecnológico y ahora se hace cierto más que nunca. Por otro lado, se realizarán cada vez más tours virtuales de casas y departamentos para arriendo o venta, de manera que se reducirán las visitas presenciales, ganando tiempo, eficacia y rentabilidad en todos los procesos de la inversión inmobiliaria.
Conclusión
Nos hallamos ante un momento difícil, crítico, pero no por ello debemos hundirnos en la deseperación, ni dejar que el miedo nos impida seguir adelante. Es tiempo de oportunidad de aprendizajes y crecimiento, y el futuro lo escribirán los mejores adaptados, y este giro se está produciendo a marchas forzadas, así que requiere de agilidad de respuesta por nuestra parte.
Vamos a poder ver en muy poco tiempo que el Covid-19 impulsará la próxima ola de la innovación, convirtiendo así las los medios digitales como una de las principales formas para trabajar, y hará crecer las inversiones inmobiliarias como un sector en alza.
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