Cada vez somos más personas que nos cuestionamos el sistema, si realmente favorece a unos respecto a otros, y si permite o no salir de esas barreras invisibles que a menudo impiden avanzar a muchas personas. Es normal reaccionar inicialmente con la lamentación o las marchas en la calle, buscando una forma de reivindicar un cambio. Sin embargo, en este artículo quiero proponerte otra vía: en lugar de luchar contra el sistema, te explico tres pasos para comprender el sistema y usarlo a tu favor. Sí, porque hay una manera de ganarle al sistema, de hackearlo como se hace con los programas informáticos, pero para ello hay que aceptar las reglas, entenderlas y usarlas inteligentemente. Descubre lo que te quiero explicar, teniendo en cuenta que es un tema complicado, pero sumamente importante a nivel vital.
Cuando estaba en el colegio usaba el pelo largo, iba a clases con un gorro de colores, buzo Adidas y zapatillas de skater. Ninguna de las anteriores era permitida en esa época, aunque ahora parece que sí lo permiten. Los inspectores y profesores me perseguían y me hacían la vida imposible... Era, lo que se podría decir, un niño rebelde. Más tarde, cuando entré a la universidad, la historia no fue muy diferente. No me gustaba cómo funcionaba el sistema y simplemente no me cuadraba tener que hacer cosas que no disfrutara hacer.
Estudié en la Universidad de Concepción, y allí era muy común (y aún lo es) que los alumnos participaran de marchas y protestas para manifestar sus quejas. Si bien debo reconocer que en algún momento sentí la tentación por participar, ya que yo también estaba disconforme con el sistema, no me costó mucho darme cuenta de cuán inútil, ineficiente y arriesgado era hacerlo.
Desde mi punto de vista, las marchas responden a una cuestión más emocional que racional. Simplemente existen vías muchos más eficientes de ganarle al sistema. Es tragicómico que baste que una persona compre tan sólo una barata propiedad, para aumentar su jubilación en más de un 100%, mientras tanto, cientas de miles de personas se reúnen en la plaza para intentar cambiar la ley y subirlas en un ¿5%? ¿10%?
Anota estos tres pasos clave para conseguir esto:
1. No importa cuánto ganes ni las necesidades que tengas, destina al menos el 10% de tus ingresos a inversión/ahorro. Es importante que en este punto no te permitas ningún tipo de excusas.
2. Justifica todos tus ingresos en el sistema, para poder acceder a la mayor cantidad de crédito posible. Con esto me refiero a que pagues todos tus impuestos como corresponde; recuerda que para ganarle al sistema debes usarlo, no defraudarlo.
3. Usa la deuda a tu favor para comprar activos inmobiliarios que generen rentas. Este punto es clave, y de hecho es la razón que me llevó a renunciar a mi empleo y a mi carrera como ingeniero civil eléctrico, para dedicar mi vida a la inversión inmobiliaria. Es importante que entiendas que el mercado inmobiliario no es un fin en sí mismo, sino más bien un medio, el más eficiente que el sistema pone a tu disposición, para construir tu propia economía autosuficiente.
Por último el paso final sería que una vez hayas conseguido resultados que te den estabilidad, si tienes la oportunidad desarrolles un plan de emergencia. La idea es que tengas una suerte de 'modo submarino' que te permita subsistir más allá del sistema, y una vez habiendo aprovechado sus oportunidades, no te vuelvas dependiente de él. Sólo entonces serás completamente LIBRE.
¿Solo para privilegiados?
Al explicar esto, me he encontrado a menudo con personas que me dicen 'Ah, pero tienes que tener millones para comprar una propiedad'. Yo mismo pensaba así antes, y muchos de mis clientes empezaron creyendo esto, hasta que empezaron a comprender algunas claves de finanzas, de bancos, del mercado inmobiliario y del sistema en general.
Algunos pensamos que tenemos la opción de cambiar las reglas del juego, y de hecho lo hemos puesto en práctica con resultados. Esto no significa que sea sin esfuerzo o trabajo, ni frustraciones. Por supuesto que no es tan sencillo, pero se puede y vale la pena.
Cuestiónate
Una vez mencionados estos puntos, permíteme que te dé un consejo final: cuestiónalo todo, incluso esto que te digo. Solo explico mi experiencia y mis aprendizajes en estos años, así como algunas nociones y conceptos financieros que a mí me ayudaron enormemente, así como a tantas personas que han realizado inversiones con Propital. Tú experimenta por ti mismo y saca tus conclusiones. ¡Mucha suerte y éxitos!
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