La situación actual abre paso a muchas preguntas: ¿cómo afecta la pandemia al mercado inmobiliario y en qué situación se encuentra? ¿Cuáles son las expectativas a largo plazo en inversiones inmobiliarias tras el coronavirus? En plena época de estallido social y crisis del coronavirus, muchos se preguntan cuál es la situación del mercado inmobiliario. No hay una respuesta unívoca en este sentido, sino más bien debemos fijarnos en los distintos sectores para ver cuáles están saliendo debilitados y cuáles fortalecidos en inversión inmobiliaria.
El momento actual ha dado lugar a una contracción en la economía: pérdida de empleo, empresas en quiebra... Se puede esperar que esta situación continúe en los próximos meses, aproximadamente por unos dos o tres años. Ya ha comenzado y se prevé que habrá en los próximos meses un deterioro de la economía global, un alto desempleo y en definitiva una contracción de la economía.
Esto se traduce en una menor demanda por compra de viviendas, lo cual a su vez se traduce a un alza en la demanda de arriendos, ya que las personas que no pueden comprar viviendas tienen que vivir en alguna parte, y la única opción en ese caso es arrendar.
Por lo tanto, el inversionista inmobiliario, el rentista inmobiliario que compra una propiedad para arriendo, para renta como tal, está en buen pie, dado que se vaticina un mercado fuertemente inclinado a la demanda por arriendo.
Dentro de todo, la renta residencial ha sido de los mercados más firmes, que no ha retrocedido en este tiempo. Sí que ocurrió un efecto de corto plazo en la reducción de los arriendos, porque las personas se tuvieron que adaptar en el momento de estallido de la pandemia. Las personas que quedaron sin trabajo de forma inmediata tomaron decisiones a corto plazo que tuvieron un impacto directo, pero esto fue algo coyuntural y puntual, que no se ha extendido en el tiempo.
Cuando algunas de estas personas se quedaron sin ingresos o previsión de los mismos, se produjeron negociaciones con los propietarios, pero después si esas personas no pudieron seguir pagando debieron marchar. Asimismo, las personas que antes pagaban mil dólares por un arriendo, por ejemplo, y que ahora debido a su nueva situación económica y laboral no pueden permitirse ese costo, tienen que arrendar de nuevo en otro lugar por menos importe, por ejemplo 300 o 500 dólares. Esto está produciendo por tanto una demanda en el segmento de este tipo de arriendos, los que tienen unos importes mensuales desde 300 hasta 600 dólares aproximadamente.
Hay que tener en cuenta que el inversionista inmobiliario a menudo se mueve justamente en este segmento, el de los arriendos dentro de estos importes. Es un segmento medio, de viviendas de bajo costo, generalmente departamentos. Se trata de personas que no tienen acceso a crédito, no pueden comprar vivienda, y por tanto tienen que arrendar y se produce un incremento de la demanda por arriendo en esa franja.
Así, por tanto, el segmento de la renta residencial se ve tremendamente fortalecido en estos momentos para las inversiones inmobiliarias. En cambio, la renta comercial, por ejemplo el arriendo de oficinas, está en un momento menos afortunado. La renta comercial pasa a ser un instrumento muy débil, por la quiebra de las empresas, y debido al incremento notable del teletrabajo, dada la situación de cuarentena producida de manera masiva a nivel mundial a causa de la pandemia por coronavirus.
En conclusión, nuestra lectura es que el mercado inmobiliario hay que mirarlo evitando lecturas superficiales y generalizadas. Si bien algunos sectores se van a ver afectados de forma negativa, en otros ocurre todo lo contrario como se ha explicado. Por tanto, no se trata de decir cómo está el mercado inmobiliario, sino de preguntarse qué sectores están en crecimiento y cuáles en contracción, de manera que se puedan tomar las decisiones más inteligentes en cada momento.
Deja tu comentario