La inversión en propiedades es una de las alternativas para hacer dinero más antiguas del mundo.
Es un sector estable en el tiempo, si bien tiene sus momentos de alzas y bajas de precios como cualquier industria. Pero siempre habrá oferta y demanda de propiedades para fines comerciales o habitacionales.
Si te quieres sumar a la comunidad de inversiones inmobiliarias para hacer crecer tu patrimonio y programar tu futuro para vivir de las rentas, primero debes evaluar las diferentes alternativas que existen para participar en el sector. Algunas requieren una mayor inversión de tiempo o dinero que otras, así como experiencia o conocimiento sobre el sector.
Toma nota de las siguientes oportunidades que existen para convertirte en inversionista inmobiliario, desde las más sencillas hasta las más complejas:
Esta modalidad de inversión le otorga valor a áreas de tu propiedad sin ocupar o de escaso uso, como piezas de visitas, estacionamientos, sótanos y entretechos. Funciona tanto para arriendos por temporadas como de largo plazo. Es ideal para inversionistas principiantes quienes no están familiarizados con los valores del mercado o con la práctica de arrendar inmuebles completos.
Es la modalidad de ganancia más común. En este caso, compras un inmueble con el objetivo de arrendarlo, ya sea a corto plazo (temporales o vacacionales) o a largo plazo (más de 6 meses). Puedes enfocarte en tener múltiples arrendatarios para una propiedad en diferentes períodos de tiempo (invierno o verano, vacaciones, feriados, estilo AirBnB), o bien optar por el arriendo tradicional a una sola persona por un tiempo determinado.
En este caso tu foco está en adquirir y revender propiedades en paños o áreas de mayor demanda, cercanas a espacios públicos de alto tráfico (supermercados, estaciones de metro, paraderos de buses). Requiere que estudies bien los prospectos antes de invertir y los planes reguladores de las zonas objetivo.
Bajo esta modalidad, no sólo compras y arriendas propiedades, sino que también ofreces servicios de administración. Desde el pago de los gastos comunes hasta revisiones técnicas de mantención, como plomería y electricidad.
En este caso compra viviendas a bajo precio y que necesitan arreglos, las renuevas completamente y después las vendes a mayor precio. El desafío aquí es que manejes conocimiento y valores de trabajo de albañilería, diseño y arquitectura.
El inversionista invierte en bienes raíces indirectamente, a través de un fondo privado que se dedica a comprar o desarrollar propiedades para venta o arriendo. La industria inicialmente comenzó enfocándose en edificios corporativos y oficinas, pero luego se expandió hacia el sector viviendas. Las utilidades de los proyectos se reparten entre los aportantes del fondo como dividendos.
En este caso, el inversionista adquiere el bien raíz en un proceso de remate con el sólo propósito de revenderlo después a un mayor precio. Este tipo de inversión es atractiva porque la propiedad pasó por el banco primero, por ende los papeles y deudas de la propiedad están al día.
Ten en cuenta que todas estas alternativas de inversión tienen tanto limitantes naturales, como la ubicación de la propiedad, su accesibilidad, y/o la demanda del momento, como artificiales, como los acuerdos de copropiedad de edificios de oficinas y departamentos y condominios y las deudas asociadas al bien raíz.
Tus alternativas como inversionista inmobiliario son muchas, pero depende de tus objetivos si éstas son rentables o no para tí.
¿Vivirás de tus inversiones? ¿Buscas dinero rápido? ¿Inviertes para tu futuro? O bien, ¿tienes tiempo para invertir en propiedades? Es importante que tengas claras estas respuestas al momento de elegir apostar por este tipo de inversión.