Los cambios políticos en Chile, más la reactivación de la economía y las proyecciones de aumento del PIB, son factores que auguran un importante crecimiento en el sector inmobiliario para este 2018. Así se deja apreciar en un estudio realizado por Montalva Quindos Servicios Inmobiliarios. Recordemos que, el 2017 cerró con una caída del 48% en las ventas de viviendas nuevas. Esto, ocasionado por el efecto del IVA aplicado a la venta de propiedades. Por ende, la compra de departamentos de segunda mano comenzó a mantenerse en alza. Pues no son tantos los requisitos que se solicitan a la hora de hacer la compra de una propiedad de usada. Sin embargo, conozcamos más a fondo sus pros y contras:
El valor es la principal variable que debes considerar al adquirir una propiedad de segunda mano. Usualmente, son más accesibles que uno nuevo. Además, al precio de este último debes sumársele un cierto porcentaje de IVA (según el que esté rigiendo en ese momento). Caso contrario a un departamento usado.
Como inversionista, mientras más rápido puedas aprovechar la propiedad para sacarle el máximo provecho posible, mayor será tu margen de ganancias. Esto, es algo que consigues con un departamento de segunda. Pues suele estar listo para habitar de forma inmediata, una vez completes los trámites correspondientes.
Un punto a favor de los departamentos de segunda que vale la pena mencionar, es que, generalmente, ya están acomodados para sus nuevos propietarios. Por lo que incluyen diseño y servicios que lo acondicionan para habitar en cualquier momento. Esto, también supone una ventaja competitiva. Ya que ahorraras en gastos de remodelación.
Frecuentemente, un departamento antiguo suele ser más espacioso que los nuevos complejos habitacionales. Pues las construcciones recientes suelen ser más pequeñas, a fin de adaptarse a los gustos de las nuevas generaciones.
Aunque no suele pasar en todos los casos, este tipo de departamentos cuentan con mejor ubicación en relación a uno nuevo. Debido a que estos últimos se sitúan más en complejos habitacionales con zonas comunes. Por ende, a veces suelen estar más retirados.
A diferencia de un departamento nuevo, uno de segunda mano sí requiere un mantenimiento frecuente. Lo que podría originar gastos adicionales de acuerdo a la magnitud y periodicidad del proceso.
Cerrar el trato de un departamento de segunda no es tan rápido como se piensa. Antes de alojarlo, hay ciertos papeleos legales que deben tramitarse y poner en orden. Por ejemplo, debes verificar que el propietario sea una sola persona. Pues al ser compartido, ambos deben estar de acuerdo en su venta. De lo contrario, podrías perder tu inversión.
Las edificaciones antiguas muy raramente ofrecen áreas de entretenimiento como piscina, parque, gimnasio u otras amenidades. Aunque este aspecto no suele afectar a todas las propiedades de segunda, vale la pena informarse.
Los departamentos antiguos, dependiendo de su año de construcción pueden tener una distribución muy alejada a lo que las construcciones nuevas y los compradores actuales buscan.
Muchas personas optan por un departamento nuevo para personalizarlo a su gusto. Algo que es un poco complicado y costoso en el caso de uno usado. Un departamento de segunda mano podría ser una buena inversión, si sabes elegir el adecuado. Conociendo los pros y contras ¿estás listo para invertir?