De acuerdo al grupo de profesionales que integran The Economist Intelligence Unit (EIU), Chile tiene la mejor situación de negocios en la región latinoamericana. Específicamente, con un puntaje de 7,43, de un máximo de 10. Lo que lo vuelve el escenario perfecto para que un buen inversionista pueda obtener resultados cuantiosos.
De esta forma, se logrará maximizar la rentabilidad de la inversión inmobiliaria en un mercado competitivo en constante evolución. Por lo que es vital mantener la concentración, a fin de enfocar a la opción más conveniente.
Por esa razón, te comentamos cuáles son las costumbres que un buen inversionista en bienes y raíces debería adoptar.
Invertir es un proceso financiero, que pueda brindar los resultados esperados debe realizarse profesionalmente. Si bien se podría incurrir en desaciertos donde no existe una receta mágica para evitarlos, lo cierto es que la única forma de tener éxito es practicando una serie de hábitos esenciales.
Por eso, se vuelve tan necesario adoptarlos para mejorar en la práctica inmobiliaria. Veamos cuáles son estos hábitos fundamentales:
Aunque de por sí un inversionista inmobiliario sabe muy bien que debe preservar su capital financiero, siempre es prudente recordar el porqué. De esta forma, proteger el capital de inversión es clave para no caer en errores que pudieran comprometer tu capacidad financiera. Sobre todo, que pudiesen entorpecer un posible gran negocio.
Por ese motivo, siempre procura resguardar tu capital. Para esto, evalúa y analiza muy bien las propuestas antes de poner tu dinero en ellas.
La industria inmobiliaria es una de las tantas que constantemente, está evolucionando conforme a las necesidades de los usuarios. A fin de adaptarse a los nuevos avances en materia tecnológica.
Por ejemplo, hace unos 10 años atrás una transacción inmobiliaria solo podía concretarse personalmente. Actualmente, en 2018, esto ha cambiado rotundamente. Pues también es posible iniciar la búsqueda de oferta inmobiliaria a través de internet. Así como visualizar extensas galerías de las propuestas más potenciales sin la necesidad de visitar inmediatamente el lugar.
De eso, precisamente se trata de que como inversionista debes estar al tanto de la evolución del sector. Con la finalidad de maximizar el alcance de tu inversión.
El asumir riesgos al negociar no implica que perderás un buen negocio inmobiliario y mucho menos tu capital financiero.
De este modo, cuando hacemos mención a este hábito, nos referimos a correr riesgos comunes como el impago de un inquilino o posibles reformas posteriores. Más no caer en los típicos anuncios de “esta propiedad triplicará su valor en menos de cuatro años”.
A propósito del hábito anterior, un buen inversionista inmobiliario debe ser astuto para reconocer los negocios donde sí tiene sentido invertir. Pues con tanta competencia en la industria, cada vendedor querrá resaltar su oferta hasta con engaños.
Así que para notar cuáles son las propuestas serias es importante ser sagaz.
Aunque si bien lo ahora conocido antes fue desconocido, invertir en aquello donde se tengan los suficientes conocimientos aumentará las posibilidades de rentabilizar la propiedad.
Además, esto te permitirá tomar una decisión más consciente y responsable. Considerando que, una mala inversión podría derribar en cuestión de segundos lo que tanto tiempo tardó en construirse.
De acuerdo a una encuesta realizada por Investor Pulse de BlackRock, el 27% de los latinoamericanos está tomando las medidas idóneas para gestionar prudentemente sus finanzas. Esto por supuesto, parte también de aprender de los errores que es inevitable no cometer durante el camino.
Asimismo, de los fallos se pueden trazar nuevas rutas de acción, a fin de tomar una mejor decisión.
Concretar un buen negocio inmobiliario podría demorar hasta meses. Sin embargo, para encontrar las mejores oportunidades del mercado hay que mantener la constancia y sobre todo, la paciencia.
Así que, ármate de suficiente tolerancia y mantente activo buscando las mejores propuestas.
Ser un buen inversionista inmobiliario no se logra de la noche a la mañana, pues es un proceso que debe trabajarse diariamente. Por lo que es esencial aplicar los hábitos correctos día a día.