Hace unos años, descubrí un libro que marcó mi vida. Se llama Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki. Esta lectura me introdujo en un concepto que hoy es vital en mi vida: la libertad financiera. El autor explica cómo lograr que el dinero trabaje para uno, para poder vivir la vida con libertad, a partir de conceptos clave de inversión y gestión de las finanzas. Es muy aconsejable si quieres aprender sobre este tema, y además está escrito de una forma muy amena.
Decidí pasar de la teoría a la acción y compré mis primeros dos departamentos. Un tiempo después decidí renunciar a mi trabajo en una prestigiosa empresa de ingeniería, para sumergirme de lleno en mis sueños. Desde entonces ha sido un viaje fascinante con muchos aprendizajes. Realmente he experimentado en primera persona la tranquilidad y libertad que suponen las inversiones inmobiliarias.
Hoy ya son varios más los departamentos que he adquirido, y me han dado la cuota de tranquilidad que le hacía falta a mi vida. Mi negocio es mi adrenalina; mis departamentos mi estabilidad y mi herencia. Por eso fundé Propital, y por eso seguimos creciendo cada día, a pasos inimaginables. Cada día somos más los que nos sumamos a este nuevo estilo de vida, que supone un cambio de paradigma y a muchos les asusta, pero que realmente es la mejor forma que yo conozco de lograr una vida libre y rica, que permita un desarrollo profesional y también una plenitud personal.
Muchas veces nos enseñan que emprender es el único modo de lograr unos ingresos extraordinarios, más allá del salario en una empresa, sin embargo no es así. Como aprendí leyendo a Kiyosaki y como después he podido verificar con mi propia experiencia y la de muchos otros, es que las inversiones inmobiliarias me dan una estabilidad que no tiene la vida de emprendedor, y una libertad que no proporciona el trabajo en una empresa.
La combinación entre las inversiones y mi trabajo es la que me permite arriesgar y probar opciones, y al mismo tiempo poder garantizar seguridad a mi familia gracias a lo que me aportan los departamentos que tengo. Para mí las inversiones inmobiliarias son el equilibrio más armónico entre mi esencia y la estabilidad que necesita mi familia.
Lo que me mueve cada día es enseñar a las personas que no se necesita ser millonario ni experto en economía para construir un patrimonio que le dé seguridad a sus familias. Hoy todos pueden invertir en propiedades con un poco de planificación, y mi misión es enseñarles cómo hacerlo. Eso hacemos en Propital: entregamos seguridad, libertad y rentabilidad, y nos encargamos de todo.
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