El ruido ¿Enemigo de la inversión inmobiliaria?

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El ruido podría llegar a ser un enemigo de tu inversión inmobiliaria, ya que atenta contra la salud y la calidad de vida de las personas. De acuerdo con estudios recientes realizados por la Organización Mundial de la Salud, OMS, el ruido se ha convertido en uno de los factores que ocasiona un gran número de muertes por infartos y problemas respiratorios por lo que se recomienda evitar la exposición a niveles de ruido superiores a 40 decibeles (dB), sobre todo durante el período nocturno, cuando la mayoría de las personas duermen.     Como acompañante de la vida moderna, el ruido es el segundo motivo de alteración de la armonía en las comunidades ubicados en zonas urbanas. El desarrollo urbanístico incrementa la densidad de la población y eleva la  concentración de actividades propias de los procesos productivos, lo cual promueve el incremento del número de traslados por habitante y la acumulación de centros de desarrollo que se constituyen en focos de contaminación acústica con influencia en las zonas aledañas y los desarrollos habitacionales.   Los resultados de la Encuesta nacional sobre el medio ambiente, realizada en 2015 por el Ministerio del Medio Ambiente, señala que el ruido es el tercer factor de contaminación ambiental reconocido por el 56% de los 5.046 entrevistados. Igualmente, un reconocido centro auditivo privado reveló que unas 2.000 personas residenciadas en las ciudades de Santiago, Concepción,  Viña del Mar y Antofagasta, aseguran estar expuestos  a elevados niveles de contaminación sónica en sus hogares por tiempos superiores a dos horas.   Es por eso que en la actualidad, la industria inmobiliaria chilena ha desarrollado iniciativas de vanguardia que contribuyen con la disminución de la contaminación acústica urbana, minimizan la agresión al ambiente y a los ecosistemas e incrementan la sustentabilidad de la vida de las personas, mediante la planificación y desarrollo de proyectos que satisfacen los requerimientos del marco legal regulatorio chileno y apoyan la sustentabilidad.   La percepción sobre el ruido   En relación con el ruido, se tiende a considerar como ruidosas a las estridencias ocasionadas por los autos, el vuelo de los aviones o las maquinarias pesadas. No obstante, en el entorno de la convivencia vecinal, éste puede asociarse con la música emitida por los equipos de sonido o televisores, la realización de mudanzas en horas inapropiadas, el movimiento de mobiliario de un lugar a otro de un departamento durante la noche y las obras de remodelación fuera de los horarios reglamentados, entre otros.   En el año 2014, el Ministerio del Medio Ambiente publicó una versión actualizada de la Norma de emisión de ruidos generados por fuentes fijas, elaborada a partir de la revisión del Decreto Nº 146, de 1997, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, donde se declara que ésta no será aplicable al ruido generado por el tránsito vehicular, ferroviario, marítimo y aéreo, así como a la actividad propia del uso de viviendas, tales como: las voces de personas, la expresión de mascotas, el uso de electrodomésticos, las reparaciones domésticas, las alarmas y los sistemas de emergencia, entre otras fuentes.   Sin obviar lo dispuesto en la citada norma, es importante conocer que instituciones como la Organización Mundial de la Salud han avalado estudios recientes como el presentado  en la última conferencia de la World Health Organization Ministerial celebrada en junio de este año, donde se evidenció que la contaminación acústica es la segunda amenaza a la salud pública de la población mundial por sus repercusiones en el bienestar de las personas.   El ruido produce graves daños a la salud   Los resultados de un estudio desarrollado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de España, avalado por la Fundación Ecología y Desarrollo, ECODES y el Instituto de Salud Carlos III, determinan que entre las patologías asociadas al ruido destacan la pérdida de la audición, los trastornos del sueño, la ansiedad, la ocurrencia de enfermedades dermatológicas, las afecciones  cardiovasculares y respiratorias.   Cuando el ruido impide conciliar el sueño, se alteran los ciclos y la profundidad del mismo, provocando: fatiga, depresión, bajo rendimiento, disminución del estado de alerta, alteración del pulso, aumento de la presión arterial, incremento de las pulsaciones cardíacas y del movimiento corporal, reducción de la capacidad de atención, aumento del  estrés, nerviosismo, irritabilidad y agresividad. También existe relación directa entre el ruido y la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares, infartos, accidentes cerebrovasculares y la activación de patologías de la personalidad, como la esquizofrenia, la paranoia y la bipolaridad.   El sector inmobiliario contra la contaminación acústica   Es por ello que las comunidades deben favorecer la generación de ambientes libres de ruidos y evitar contribuir con la contaminación acústica. Se debe considerar que el aparentemente inocuo cadeneo de un ascensor, el deslice de una bolsa de basura por el bajante o el sonido de un aspersor, son fuentes cotidianas de ruido.   Al respecto, el sector inmobiliario chileno ha asumido estrategias para reducir el ruido urbano y su efecto en la calidad de vida de las personas, mediante la generación de soluciones arquitectónicas que disminuyen el ruido estructural u optimizan la distribución de los espacios en función de sus usos y la utilización de materiales de construcción que controlan el ruido, como el poliuretano, las fibras naturales, las fibras de vidrio y la celulosa, entre otras.   Esta acción satisface el artículo 4.1.6. del Capítulo 1, Título 4 sobre la Arquitectura, correspondiente a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones vigente, en el cual se establecen las exigencias acústicas aplicables a los elementos que separan o dividen unidades de viviendas de un edificio colectivo, entre unidades de vivienda de edificaciones continuas o entre unidades de vivienda contiguas a recintos no habitables, tales como: pisos y rampas, los cuales deberán tener un índice de reducción acústica mínima de 45dB.   En el caso de los inversionistas, se comienzan a activar las alertas en torno a los efectos de la contaminación sónica, manifestando su preferencia por invertir en proyectos inmobiliarios que plantean soluciones al impacto de la contaminación acústica, como una característica esencial y no como un valor agregado.   –
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ACERCA DEL AUTOR

Francisco Rocha

Hola, mi nombre es Francisco Rocha, de profesión Ingeniero Civil Eléctrico, titulado de la Universidad de Concepción. Trabajé algunos años en la industria minera, hasta que un día decidí renunciar a mi empleo, para dedicarme de lleno a construir mi libertad financiera. Hace algunos años fundé Propital, empresa atraves de la cual ayudamos a las personas a generar patrimonio, incrementar su seguridad personal y familiar y planificar su futuro para vivir de las rentas. Lo que más me entusiasma de hacer este curso, es poder compartir mi experiencia como inversionista inmobiliario para que otros también puedan usar las propiedades como un vehículo para lograr sus objetivos en la vida.

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